Las lámparas del Himalaya absorben el exceso de ondas electromagnéticas de los aparatos electrónicos, por lo que equilibran las ondas.
Gracias a su color y su luz tenue crean ambientes de rescoldo, calor, relajación, tranquilidad y pureza, aliviando los síntomas de estrés o ansiedad.
El Feng Shui lo ha categorizado como uno de los mejores elementos que transmiten el chi, es decir, la buena energía.
Ayuda a eliminar la negatividad en el ambiente, así como la tensión o el estrés. La sal del Himalaya y su pureza ayudan a transformar las malas vibraciones en agua.
Ioniza las estanicas.
Los iones negativos aportan beneficios positivos al organismo, sobre todo, en el sistema respiratorio, inmunitario, circulatorio y digestivo.
Son perfectas para personas con problemas respiratorios y alergias.
Si la observas encendida, notarás una sensación de paz y tranquilidad, gracias a su efecto calmante y relajante.
Te ayuda a dormir mejor.
Te ayuda a mejorar la concentración.
Mejora la calidad del aire mientras incrementa la energía y reduce la estática.